Vivimos en la era de la desinformación,
Vivimos en la era de los cerebros saturados,
llena de espantos, de sexo encarnado
en adolescentes eternos,
de cuentos donde el bueno
se convierte en malo y el malo en bueno,
que en la sopa nos comemos.
Vivimos en la era de lo medio cierto,
dentro de cabezas mediocres
que dirigen cuerpos perfectos,
de postureos absurdos y burdos meneos,
dentro de videoclips abyectos,
aderezados con ritmos paupérrimos.